Lamborghini fabricó la unidad mil de su deportivo insignia, el cual llegó a esta cifra en un año y tres meses, más de un año antes que su predecesor el Murciélago, con una producción de cuatro unidades al día.
El Aventador mil fue entregado por el CEO y presidente de la compañía, Stephan Winkelmann, a su propietario, el arquitecto alemán Hans Scheidecker, quien también posee un Diablo, en las instalaciones de Lamborghini en Sant’ Agata Bolognese, Italia.
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